El desierto de Atacama, en Chile, uno de los lugares más áridos de la Tierra, se ha convertido recientemente en un sombrío recordatorio de las consecuencias de la moda rápida. El consumo mundial de ropa barata, producida en masa, ha dado lugar a una cantidad abrumadora de residuos textiles, con miles de toneladas de ropa desechada acumulándose en los vertederos del desierto de Chile. En concreto, la ropa de segunda mano o no vendida suele llegar a Chile a través de importaciones, y grandes cantidades acaban en el desierto debido al elevado coste de reciclarla, repararla o seguirla exportando.
El ciclo comienza con las fábricas de producción masiva de prendas de moda rápida, que se envían rápidamente a todo el mundo. Sin embargo, una parte considerable de esta ropa no se vende o se desecha tras un breve ciclo de vida. En Chile, estos artículos desechados se importan con la intención de revenderlos, pero sólo una parte se considera lo suficientemente buena para el mercado local. Gran parte de ellos, considerados invendibles, se arrojan a vertederos abiertos en el desierto de Atacama, donde permanecen durante décadas debido a los materiales sintéticos que componen gran parte de la moda rápida. Estas prendas suelen contener fibras de plástico, que tardan cientos de años en descomponerse, y su acumulación crea graves problemas ecológicos en la región.
Más allá de ser una simple monstruosidad, estos vertederos textiles afectan al medio ambiente de formas complejas y a menudo perjudiciales. Las fibras sintéticas pueden filtrar sustancias químicas al suelo y contaminar las fuentes de agua cercanas, afectando a las comunidades y ecosistemas locales. Además, los tintes y tratamientos de la ropa suelen contener sustancias tóxicas, que pueden contaminar aún más el suelo y el agua. Los defensores del medio ambiente y las ONG locales han expresado su preocupación por los efectos devastadores sobre la flora, la fauna y las personas que dependen de estos recursos. Sin embargo, ante la falta de normas internacionales o de responsabilidad por parte de las marcas de moda, el problema sigue sin resolverse.
Los vertederos de ropa de Chile ponen de manifiesto las cargas económicas y medioambientales que la moda rápida impone a los países en desarrollo. Mientras la industria mundial de la moda se beneficia de la ropa barata y desechable, países como Chile sufren las consecuencias. Los montones de ropa en el desierto de Atacama son un claro símbolo del coste medioambiental del consumismo y de la necesidad de un cambio en la industria de la moda. Prácticas sostenibles como los programas de reciclaje, el uso de materiales biodegradables y la concientización sobre el consumo responsable son pasos esenciales para abordar esta crisis.
Los esfuerzos de organizaciones locales y grupos ecologistas pretenden llamar la atención mundial sobre el problema y promover alternativas sostenibles. También existe una creciente presión para que las marcas de moda se responsabilicen del ciclo de vida completo de sus productos e inviertan en iniciativas de reciclaje o upcycling que eviten que los residuos lleguen a países como Chile. Con el apoyo adecuado y la cooperación mundial, es posible avanzar hacia una industria de la moda más sostenible que valore la calidad y la responsabilidad medioambiental por encima de la cantidad.
En última instancia, para abordar eficazmente la crisis de la moda rápida, el sector debe trabajar a escala internacional para replantearse su impacto. En ITG Group, cada hilo de nuestro equipo internacional está comprometido con la búsqueda de soluciones que beneficien al sector. Como muchas otras empresas, estamos en fase de aprendizaje sobre cuestiones de sostenibilidad textil porque tenemos una responsabilidad social y pretendemos impulsar a nuestros clientes hacia esta transición mediante soluciones eficaces.
La Unión Europea (UE) está a la vanguardia de una iniciativa transformadora conocida como Pasaporte Digital de Productos (DPP por sus siglas en inglés). Este innovador proyecto, que se pondrá en marcha en 2026, pretende revolucionar la transparencia en el ciclo de vida de los productos, fomentando la sostenibilidad y las prácticas de economía circular. Este artículo destaca los aspectos clave del DPP y su impacto en el sector textil y de la moda.
¿Qué es un Pasaporte Digital de Producto (DPP)?
El Pasaporte Digital de Producto es esencialmente un identificador digital y único que encapsula todo el recorrido de un producto, desde su concepción hasta su desecho. A partir de 2026, la UE exigirá que todos los productos textiles vendidos dentro de sus fronteras tengan este pasaporte. Se podrá acceder a los DPP mediante un código QR escaneable, un chip NFC o una etiqueta, que proporcionarán una visión detallada de la composición, el proceso de fabricación, la cadena de suministro y las credenciales de sustentabilidad de un producto.
Objetivos y ventajas del DPP en el sector textil
El DPP no es sólo una herramienta de trazabilidad, sino un elemento clave del Reglamento de la UE sobre Diseño Ecológico de Productos Sostenibles (ESPR por sus siglas en inglés), parte integrante del Pacto Verde Europeo.
Este Reglamento subraya el compromiso de la UE con un futuro sostenible y establece la Declaración Ambiental de Producto como pilar de la transformación del sector textil hacia la sustentabilidad.
1. Transparencia:
El DPP proporcionará información detallada sobre la composición del producto, los materiales utilizados, el proceso de fabricación y las prácticas de sustentabilidad adoptadas. Esto no sólo beneficia a los consumidores, que podrán realizar decisiones de compra conscientes, sino que también aumenta la responsabilidad de las empresas a lo largo de toda la cadena de suministro.
2. Sustentabilidad:
El DPP es una herramienta clave para apoyar la Estrategia Textil Sostenible y Circular de la UE. Al facilitar un seguimiento exhaustivo del ciclo de vida de los productos, el DPP contribuirá a reducir el impacto ambiental de los bienes de consumo, fomentando un modelo económico más responsable.
3. Capacitación de los consumidores:
Al dar acceso al historial completo de un producto, el DPP permite a los consumidores tomar decisiones más conscientes sobre el impacto ambiental de sus compras. Esta transparencia no sólo impulsa un consumo más responsable, sino que también presiona a las empresas para que adopten prácticas más sostenibles.
4. Optimización empresarial:
Para las empresas, el DPP representa una oportunidad de optimizar sus procesos de producción y el uso de recursos sustentables. Al proporcionar un registro detallado de materiales y procesos de fabricación, las empresas pueden identificar áreas de mejora y fomentar la innovación en la producción.
¿Cuál es el impacto en las empresas?
Prepararse para las nuevas exigencias del mercado: Nuestra perspectiva
Entendemos que la implementación del Pasaporte Digital de Productos (DPP) es sólo el principio de un cambio global hacia una industria textil más consciente y sostenible. Aunque esta iniciativa se originará en Europa, es probable que se extienda por todo el mundo en un futuro próximo. Esta tendencia, impulsada por las nuevas normativas y las crecientes expectativas de los consumidores, podría convertirse en una norma mundial en los próximos años.
Para evitar quedarse fuera del mercado, es crucial que las empresas del sector textil empiecen a prepararse ya. Esto incluye adoptar prácticas más sustentables en toda la cadena de suministro, implementar tecnologías que faciliten la trazabilidad y la transparencia, y adaptarse a un mercado que valora cada vez más el impacto medioambiental de sus productos.
Además, la introducción del DPP pronto obligará a las empresas y fabricantes textiles de todo el mundo a automatizar sus procesos, integrándolos en la Industria 4.0. La digitalización de los procesos y la integración de tecnologías avanzadas serán esenciales para cumplir los nuevos requisitos normativos y seguir siendo competitivos en un mercado en rápida evolución.
En conclusión, la iniciativa del Pasaporte Digital de Productos (DPP) de la UE marca un hito en la transformación de la industria textil hacia la sustentabilidad y la transparencia. En ITG Group, estamos aprovechando esta oportunidad para redefinir las necesidades de nuestros mercados y adelantarnos a las necesidades de nuestros clientes para poder apoyarlos en la transición hacia una industria más sustentable.
Solo las empresas que adopten estas prácticas sustentable y se adapten a la revolución digital estarán mejor posicionadas para liderar el futuro de la industria textil.
En los últimos años, el sector textil ha protagonizado una transformación crucial. Lo que antes se consideraba una tendencia emergente se ha consolidado como una necesidad urgente: la moda sustentable. La sustentabilidad ya no es una opción o un concepto aspiracional, sino una norma que redefine los procesos de producción y el ciclo de vida de las prendas.
La clave de este cambio reside en el "upcycling", una técnica que promueve la re-utilización de prendas y residuos textiles existentes para darles una segunda vida, evitando así el uso innecesario de nuevos recursos y la generación de residuos. Este enfoque, más que un simple proceso creativo, pretende mitigar los grandes impactos ambientales que la industria textil genera a nivel mundial.
Un ejemplo de ello es el trabajo de la diseñadora Erica Vega, que se ha centrado en dar una segunda vida a las prendas. "Reciclamos vaqueros desechados, rescatando su valor y evitando su destino final en basureros textiles", explica Vega. Para comprender la urgencia de proyectos como en el que trabaja Erica con su fundación Futuro Verde, un proyecto que apuesta por el "upcycling", obteniendo la materia prima de ferias, donaciones o directamente de las marcas que colaboran con ellos, es fundamental reconocer la magnitud del impacto ambiental asociado a la producción textil tradicional.
La industria textil es uno de los mayores contaminantes del mundo, responsable de un importante consumo de agua, vertidos químicos y generación de residuos. Por ejemplo, las Naciones Unidas estiman que la industria de la moda es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones mundiales de carbono, superando incluso al sector de la aviación. La comprensión de estas cifras subraya la urgente necesidad de un cambio de paradigma; la sustentabilidad no es una mera tendencia, sino una respuesta esencial a una crisis sistémica que afecta a nuestro planeta.
La mezclilla, por ejemplo, es una de las prendas que mayor impacto hídrico tiene en su producción. Desde la semilla de algodón hasta el pantalón vaquero que llega a nuestras manos, se calcula que se pueden consumir hasta 10.000 litros de agua por prenda. En respuesta a este reto, el reciclaje de vaqueros ha surgido como una solución eficaz para reducir la demanda de nuevos materiales y disminuir la huella medioambiental de la moda.
El proceso de re-utilización no sólo implica un cambio en la forma de producir, sino también en la mentalidad del consumidor. La industria está empezando a cerrar el ciclo textil fomentando una cultura que valora la durabilidad y el reciclaje, en lugar del consumo rápido y desechable. Esto se refleja en iniciativas que recogen vaqueros post-consumo, los transforman en nuevas prendas y abogan por un consumo consciente y ético.
En América Latina, los residuos textiles y el consumo excesivo siguen siendo grandes retos, pero la creciente adopción de la moda circular y el reciclaje está allanando el camino hacia un futuro más sostenible. Este movimiento no solo responde a una demanda social, sino que también busca fomentar una mayor transparencia y responsabilidad en todas las fases del ciclo de vida de una prenda.
Además de las preocupaciones medioambientales, no pueden pasarse por alto las implicaciones sociales de la moda sustentable. El modelo de "moda rápida" a menudo se basa en prácticas de explotación laboral, y los trabajadores de los países en desarrollo se enfrentan a malas condiciones laborales y salarios inadecuados. Al adoptar prácticas sustentables, las empresas no sólo pueden reducir su huella medioambiental, sino también fomentar normas laborales éticas. Hacer hincapié en el comercio justo y la transparencia en la cadena de suministro, crea un ecosistema de la moda más equitativo, en el que los consumidores pueden confiar en que sus compras apoyan unas condiciones de trabajo humanas y dan poder a las comunidades locales.
La educación desempeña un papel fundamental en esta transición. Los consumidores deben tener los conocimientos necesarios para tomar decisiones informadas sobre sus compras de ropa. Esto incluye comprender los materiales utilizados, los procesos de producción y el coste real de la moda rápida y barata. Las marcas pueden contribuir a esta educación compartiendo historias sobre sus cadenas de suministro y el impacto medioambiental de sus productos. Iniciativas como talleres, campañas en línea y asociaciones con instituciones educativas pueden concienciar e inspirar un cambio en el comportamiento de los consumidores hacia opciones más sustentables.
Nos encontramos en un punto de inflexión. La moda responsable ha pasado de ser una opción a convertirse en una norma dentro de la industria textil, impulsando un cambio estructural que pretende repercutir positivamente tanto en el medio ambiente como en las comunidades que dependen de esta industria.
ITG Group se une a esta visión, comprometiéndose a apoyar soluciones innovadoras que contribuyan a la sustentabilidad en el sector textil. Desde la implantación de tecnologías más limpias hasta la promoción de prácticas de producción responsables, seguimos tejiendo un futuro en el que la moda y el respeto por el medio ambiente puedan coexistir en armonía.
La industria textil de América Latina se enfrenta a un complejo reto en el contexto mundial, compitiendo con la creciente producción de "moda rápida" de China y Estados Unidos. Asimismo, a medida que las preferencias de los consumidores cambian hacia opciones de moda más sustentables y éticas, a las empresas textiles latinoamericanas se les presenta tanto un reto como una oportunidad. El rápido auge de la "moda rápida" ha presionado a los fabricantes locales para que innoven o corran el riesgo de volverse obsoletos. Sin embargo, muchas empresas del sector están demostrando que la clave para seguir siendo competitivas y sustentables reside en la adopción de nuevas tecnologías y la digitalización de los procesos de producción.
Uno de los principales retos de la "moda rápida" es la eficiencia de la cadena de suministro. En los mercados internacionales avanzados, alrededor del 70% de las empresas textiles ya han integrado la tecnología en sus procesos, mientras que en América Latina, el porcentaje es considerablemente menor. Es aquí donde plataformas como Maqui, una startup colombo-mexicana, están marcando la diferencia. Maqui proporciona a las marcas de moda herramientas para hacer un seguimiento de su producción, optimizar la gestión de inventarios y reducir los residuos. Esto permite a las empresas textiles de la región ser más eficientes y competitivas a nivel mundial, al tiempo que adoptan prácticas más sustentables.
El uso de datos y la digitalización son claves para esta transformación. El análisis de datos permite a las empresas identificar cuellos de botella en la cadena de suministro, predecir la demanda del mercado y ajustar la producción para reducir costes y residuos. Además, la integración de la tecnología a través de plataformas como Maqui no sólo mejora la eficiencia operativa, sino que también fomenta una mayor transparencia dentro de la cadena de suministro. Mediante el seguimiento y el análisis de datos en tiempo real, las marcas pueden supervisar todas las etapas de la producción, desde el abastecimiento de materias primas hasta la entrega final. Esta transparencia permite a las empresas identificar ineficiencias y tomar decisiones informadas que se ajusten a las prácticas sustentables.
Este enfoque no solo mejora los procesos, sino que también responde a la creciente demanda de productos éticos de alta calidad. Según datos recientes, México exportó prendas por valor de 8.000 millones de dólares a Estados Unidos en 2020, lo que indica que los consumidores valoran cada vez más la calidad y la sustentabilidad en sus compras. La industria debe construir estrategias que empoderen a los consumidores para tomar decisiones éticas al proporcionar información sobre los orígenes y el impacto ambiental de los productos que compran.
Para aprovechar plenamente el potencial de la digitalización, la formación y la capacitación de la mano de obra en América Latina son cruciales. Muchos trabajadores del sector textil pueden carecer de los conocimientos técnicos necesarios para interactuar eficazmente con las nuevas tecnologías. Invertir en programas educativos y talleres, así como buscar plataformas digitales que estén a su disposición, puede cerrar esta brecha, garantizando que los empleados estén equipados para aprovechar las herramientas digitales. Al fomentar una mano de obra cualificada, las empresas pueden maximizar los beneficios de la tecnología al tiempo que promueven la satisfacción laboral y la lealtad.
Maqui, por ejemplo, ha encontrado una solución innovadora utilizando WhatsApp para digitalizar la cadena de suministro en fábricas con bajos niveles de adopción de tecnología. Aprovechando una plataforma de uso generalizado, todos los implicados en la producción, desde las costureras hasta los agentes de control de calidad, pueden informar sobre sus actividades diarias, proporcionando datos granulares y mejorando la trazabilidad y, al mismo tiempo, sentir la importancia de su participación dentro del proceso de transformación de la industria en la que trabajan.
En definitiva, la industria textil latinoamericana tiene la oportunidad de transformar sus operaciones hacia un modelo más eficiente y responsable. Plataformas como Maqui, junto con el compromiso de ITG Group con la innovación, permiten a las marcas de la región no solo competir en un mercado global, sino hacerlo de manera sustentable. La integración de tecnologías avanzadas y la analítica de datos son esenciales para impulsar esta transición hacia un futuro más conectado y circular. La digitalización y la sustentabilidad no son una tendencia pasajera, sino el camino hacia una industria textil más fuerte, ética y eficiente.
¿Cómo están preparado tú y tu equipo para introducir estas mejoras en tus procesos y abrir un sinfín de posibilidades para tu negocio?